El hoy de Wang Taoyuan es el mañana del campo chino

En el condado de Guantao, en Hebei, hay un pueblo llamado Wang Taoyuan con 125 hogares. Desde 1978, cuando se restableció el examen de acceso a la universidad (gaokao), hasta 2018, produjo 128 universitarios, ganándose la fama de «pueblo de los laureados». El condado de Guantao lo convirtió en una localidad temática de educación, conservó la antigua escuela primaria y —con ese toque «mágico» tan propio de Hebei— creó el primer museo de educación a nivel de aldea del país. También construyó un Arco del Zhuangyuan donde cada año se inscriben los nombres de los admitidos en la universidad.
Al ver ese arco, uno siente respeto por un pueblo que lleva cuarenta años enviando estudiantes a la universidad de forma ininterrumpida. En muchas regiones de China, hay municipios que en todo un año no logran ni un solo ingreso universitario.
Para los habitantes rurales nacidos en los años sesenta y setenta, el gaokao era el único camino para salir del campo. Su generación tenía pocas tentaciones externas y, ante la dura realidad de que sin estudiar uno seguiría siendo campesino, la motivación para aprender era alta. Con el desarrollo industrial de China y la demanda de mano de obra joven, muchos niños rurales nacidos en los ochenta y noventa abandonaron la escuela para ir a trabajar. Aldeas como Wang Taoyuan, que han seguido formando universitarios durante cuarenta años, son sumamente raras. Wang Taoyuan encarna fielmente la tradición de «arar y estudiar».
Sin embargo, el futuro de Wang Taoyuan es incierto. A medida que las familias forman universitarios que abandonan el campo —a veces llevándose también a sus padres—, ¿desaparecerá al final todo el pueblo, quedando solo casas y escuelas vacías? Qué ironía: tras tanto esfuerzo por formar universitarios, Wang Taoyuan podría ver cómo su propio pueblo se desvanece.
Publicado el: 31 de oct de 2018 · Modificado el: 13 de sep de 2025